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castelar

Cosas de mi cabeza y mi post-cena de mañana.

Día 12-12-03
Fase del día: Noche
Meteorología: Despejado y no tanto frío
Meteorología anímica: Normal
Escuchando: Dolorian - s/t - "Hidden/rising"

Hoy ha vuelto a ocurrirme algo que me hace pensar muy seriamente sobre el posible estado futuro de mi cabezota. Siempre he pensado que tampoco es que tenga una memoria como para tirar cohetes, y si a esto le unimos que soy muy despistado, el cocktail es explosivo. Estos dos elementos juntos te pueden hacer pasar momentos muy comprometidos, más que nada porque tú siempre te los vas a tomar peor que la persona que sufra las consecuencias de tu falta de concentración/memoria, porque a nadie le gusta meter la pata, y si encima soy consciente de esta limitación que tengo... Luego es que pasa como con todo: para lo que te interesa realmente sí que tienes la chota al 100%. En mi caso con la música, claro está. Pero con lo demás, salvo honrosas excepciones, soy un desastre. El caso es que una compañera me ha dado unos cuartillos para ir a comprar chicle, de fresa, porque me iba a echar un pitillo, y de paso a comprarme mis fieles chicles de menta. No sé qué película me he montado en el melón, que al final he comprado dos paquetes de chicles... los dos de menta, claro. ¿Importancia? cero patatero para ella, que se ha echado unas buenas risas. Para mí, un mundo. Con lo fácil que es fijarse en las cosas que haces, en lo que te dicen, en todo. Y nada, yo a lo mío, com mis paranoias mentales, pensando en mis cosas, y obviando que los chicles que tenía que comprar para ella eran de fresa... Luego al irme a las 15:00 a comer, he soltado un "a los que no vea, hasta el jueves y buen fin de semana". Me ha quedado cojonudo, con la salvedad de que mañana los veré en la cena de departamento que tenemos organizada. Y eso que lo habíamos estado hablando apenas un minuto antes, mientras me estaba poniendo el abrigo, el cómo ir, dónde quedar, etc etc. Y voy yo y me despido de ese modo, quedando como un perfecto despistado. Aaaaayyy, qué meloncete soy... Y si me pongo a contar meteduras de pata pasadas, no paro. Luego está lo de mi mala memoria. Por eso vivo atado al Outlook. A veces se me olvidan o "pasan" cosas tan importantes que me dan ganas de estrellarme, coco por delante, contra un muro.

Sí, mañana tengo la cena de departamento. Me apetece ir, cómo no. Lo que temo es dónde cojones me meterán después para tomar unos cubatas. A aguantar pachangueo hortera de latinadas-popadas y asquerosidades o aberraciones musicales varias. Y si se sorprenden o quejan de que no bailo (como siempre), vale, pero como pasen a la táctica del "venga, baila un poco" se pueden encontran con unos desagradables gestos de contrariedad por mi parte que me pueden dejar mal de cara a ellos, pero que no puedo evitar. Me salen sin que me de cuenta, es algo innato, y algunas personas no me conocen lo suficiente como para darse cuenta de lo desagradable de la situación para mí. Y es que me pongo francamente borde. No entiendo por qué una persona con unos gustos tan distintos a los de las masas puede provocar en éstas sensaciones tales como si estuvieran delante de un perro verde. No es tan raro pensar distinto, no es tan raro vestir distinto, no es tan raro que te guste música distinta... Es diferente y punto. Y si no bailo, no bailo y fuera. No implica que no me lo pase bien, a mi modo, viendo a los demás divirtiéndose con algo que yo sería incapaz, porque en ocasiones las actitudes de la gente cuando está en un local "pensado para que se beba, se baile y se pase un muy buen rato" me parecen forzadas por eso mismo. Y me hace gracia ver cómo hay peña que parece pasárselo bien por inercia, no porque realmente se lo pasen bien.

Vaya rollo que he soltado. Por cierto, Fifi está en una de esas cenas. Ella no tiene problemas con lo que estoy comentando, porque su alegría desborda el lugar en el que esté, y tiene bastante más cabeza que cualquier persona. Y más que yo por descontado...

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