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castelar

¡Cómo duele, coño!

Día 09-11-03
Fase del día: Noche
Meteorología : Lloviendo
Meteorología anímica: Mal
Escuchando: Agalloch - The mantle - "The hawthorne passage"

Se te queda el cuerpo hecho trizas. No es justo, porque pasas el fin de semana con la persona que más quieres, haciendo lo que te da la gana, disfrutando de cada instante, de cada caricia, de cada mirada, saliendo por ambientes que te gustan, tanto de día (ronda de vinillos por diversas tabernas), de tarde (en Sierra Nevada, que estaba idem y con un frío que te pelas), como de noche (en el Soma, escuchando desde gótico de toda la vida, hasta "ochentadas" oscurillas y electro dark, o en La Percha, donde nada más entrar te encuentras con el "butterfly on a wheel" siguiendo con diversas ochentadas que seguro que a Jorgelar le hubieran dejado con los ojos en blanco...). En fin, de maravilla, y todo envuelto de eso, de lo que más puede hacer feliz a la gente de bien en este mundo, recibiendo y dando amor. Y te quedas hecho migas cuando te subes a ese autobús que significa separarte físicamente de ella, y ahí la ves, debajo de tu ventana, con esos preciosos ojos cubiertos de lágrimas y esa preciosa cara abrazada por la más absoluta tristeza. Es una mierda pasar por este trago y vivir en una ciudad y que tu pareja resida en otra, a más de 400 kilómetros. Qué injusto. Sí, lo sé, me estoy mirando mucho el ombligo, y no me gusta porque hay problemas mucho más importantes en el mundo que el hecho de que una pareja que se quiere esté separada, pero supongo se me entenderá.
Evidentemente, el concierto de The Mission me lo he perdido. Pero no me importa, porque aparte de que ya los he visto tres veces, hay prioridades en mi vida mucho más importantes ahora. Me perdería ese y mil mas por estar con Fifi.

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